Los mundos de Upi

Wednesday, July 09, 2008

(.)(.)?


Bueno, queridos lectores y lectoras seguntinos. Aquí os añoro de vez en cuando. Tengo mucho que contar pero es de la vida misma. Son situaciones en las que me he visto involucrada, dada mi esporádica profesión de interprete. Y sí, la vida es dura. Así que, como la vida ya es dura por si misma, no hace falta que os lo recuerde ni que yo pierda el tiempo recordando. Por eso, voy a hablar de algo más ameno y que nos ayude a olvidar.

Voy a hablar de sexo, jajajajaja, a que mola, eh? Es broma, voy a hablar de los tamaños de los penes. No ahora en serio, voy a hablar de los diferentes tipos de tetas, jajajaja. No tampoco, la verdad es que no se de que coño voy a hablar, jajajajaa. Me apetecía escribir algo y que fuera gracioso a la vez y no me sale nada. Yaaaa seeeeee!!!!! Os voy a contar la historia de la máquina de hacer pompas.

Hace mucho, mucho tiempo, vamos unos dos años, me regalaron un cacharrito de esos de hacer pompas y yo iba tan feliz con el pompero en mi bolso. Hacía pompitas de vez en cuando. La gente me miraba y se preguntaba y esta de donde ha salido (es que leo mentes) y eso, yo feliz con las pompas.
Hasta que un día se lo estaba enseñando a unos amigos y al guardar el cacharrín en mi bolso se me abrió sin darme cuenta. Coloqué mi bolso de tela encima de mis piernas y asi fue como descubrí que el liquidillo jabonoso, el creador de las pompas, se había salido. Sentí la humedad en las piernas, se me mojaron los pantalones y desdichada de mi, me quedé sin maquina de hacer pompas.
Unos dias después, salí de casa y como ya sabéis todos, aquí en Irlanda llueve, asi que me empapé.... Todo parecía normal, hasta que de repente me empecé a sentir observada. La gente que pasaba se me quedaba mirando. Y ya, así de reojillo, vi que yo llevaba algo blanco como por las piernas y dije eh!!! que ostias me pasa!!!??? Y qué sorpresa al mirar para abajo. Descubrí una super bola blanca de espuma, desde casi las caderas hasta las rodillas, como si llevara un delantal, pero de unos treinta centimetros de grosor y de espuma.
Y la verdad es que me costó unos cuantos segundos recordar de donde podía venir la espuma... y ya cuando me vino a la memoria esa sención de humendad todo cuadró.
Lo mejor fueron las risas que me heché yo sola con mis super pantalones de espuma que cuanto más andaba más fricción creaba y más densa se hacía la super bola de espuma. Qué pensaría la gente, pues os lo voy a decir porque como ya he mencionado, leo mentes, decían: vaaaaya esa, que pirá, con una falda de espuma y riendosé sóla. Seguro que se droga.

Bueno, amiguitos esa es la historia, espero que os haya gustado. Colorín colorado este cuento se ha acabado.