Érase una vez un pajarito

Hace mucho tiempo vivía un pajarito en una aldea de pajaritos, el árbol. Su vida era normal y corriente, pero a veces, el pajarito pensaba demasiado. Un día el triste pajárito comenzó a llorar y su mamá pajarita le preguntó: ¿Por qué lloras hijo pajarito mio?
Y el pajarito contestó balbuceando: Es que cuando sea mayor y me muera ya no podré vivir más. La madre pajarito soltó una carcajada y le contestó: Pero hijo mio pajarito, si sólo eres un niño, tienes toda la vida por delante. Tienes que ir a la universidad y conocer a muchos otros pajaritos y formar un nido... Fíjate en la abuelita pajarito, anda que no te queda hasta que llegues a su edad.

El pajarito reflexionó por un instante, y aunque aún estaba triste parecía que se había tranquilizado. Asi pues, el pajarito siguió creciendo y fue a la universidad de pajaritos y se enamoró de otros pajaritos del sexo opuesto, muchas veces siempre pensando que iba a formar un nido, y aunque nunca resultaba bien, iba aprendiendo de los errores pero no sabía que era lo correcto en su vida de pajarito.
Un día decidió irse de su árbol a otro árbol lejano. Allí todo era diferente los pajaritos eran raros pero, al fin y al cabo, también eran pajaritos y aunque el pajarito de esta historia echaba de menos su árbol, era feliz en el otro árbol tan lejano. El pajarito pensaba de vez en cuando en lo que le había dicho su madre del nido. Al pajarito le encantaba la libertad dejarse llevar por el viento, lo cual le preocupaba porque pensaba que no tenía rumbo.

De vez en cuando volvía a su árbol a ver a sus amigos pajaritos y le encantaba la sensación de estar en el nido, aunque claro, tampoco quería dejar su vida en el árbol lejano. Estaba triste porque no tenía rumbo. Y cuando se decidía por un rumbo pensaba que se equivocaba y que el otro era mejor y no sabía nada de nada.

Entonces un día se dio cuenta de que en la vida todos los pajaritos vuelan sin rumbo, porque aunque se tenga rumbo no se sabe lo que se va a encontrar en la siguiente nube, en la siguiente rama. A veces nos da mucho miedo echar a volar sin direción porque no sabes si vas a encontrar un árbol para posarte o si algún día encontrarás un nido feliz. Por eso, el pajarito sigue volando libremente y la idea de que en su árbol siempre estará allí le tranquiliza. No importa cuantos árboles descubra, su árbol, siempre será su árbol. Y allí siempre regresará porque ese árbol le ha creado como pajarito y es parte de él. Y hasta que llegué a la edad de su abuela pajarito todavía le queda...

MORALEJA: NO PIENSES EN LO QUE VA A PASAR MAÑANA (NADIE LO SABE) VUELA LIBREMENTE Y LA VIDA TE DIRá (además tu árbol siempre será tu árbol y eso lo saben todos los pajaritos) Pio, pio.